El origen del método Pilates: cuando el movimiento fue la mejor medicina
La historia del pilates no empezó en un gimnasio ni en un estudio de bienestar. Empezó en un lugar inesperado: un campo de internamiento durante la Primera Guerra Mundial.
Allí, un joven alemán llamado Joseph Hubertus Pilates transformó la limitación en innovación.
Observando cómo la inactividad física deterioraba la salud de los prisioneros, ideó una serie de ejercicios diseñados para fortalecer el cuerpo desde dentro, incluso desde una cama.
Ese fue el punto de partida de lo que más tarde se conocería como el método Pilates clásico, o como él lo llamó: Contrology.
Joseph Pilates y el poder del control corporal
Durante su internamiento en la Isla de Man, Joseph Pilates no tenía más herramientas que su propio cuerpo y su curiosidad por el movimiento.
Así que, inspirado por la anatomía humana, la respiración y la observación animal, comenzó a desarrollar una serie de ejercicios que unían mente y cuerpo.
Su idea era clara: La mente debía guiar cada acción física con precisión y control.
El objetivo no era solo fortalecerse, sino recuperar el equilibrio y la salud.
Y así nació la base del pilates clásico que hoy se enseña en todo el mundo: un sistema donde la alineación y la conciencia corporal son los pilares.

Los primeros aparatos de Pilates: ingenio y funcionalidad
Con el paso del tiempo, Joseph Pilates llevó sus ideas un paso más allá.
En los hospitales donde trabajaba con soldados heridos, adaptó los muelles de las camas para ayudarles a ejercitarse sin levantarse.
De esa creatividad surgieron los primeros prototipos de los aparatos que hoy forman parte del método:
- el Reformer,
- el Cadillac o Trapeze Table,
- el Spine Corrector,
- y el Foot Corrector.
Cada uno tenía una función: rehabilitar, alinear y fortalecer con la ayuda de resistencia controlada.
De modo que lo que empezó como una necesidad médica se convirtió en un sistema integral de movimiento.

Del internamiento al estudio en Nueva York: el nacimiento de la “Contrología”
Tras la guerra, Joseph emigró a Nueva York junto a su esposa Clara y abrió su primer estudio de pilates en 1926.
Allí perfeccionó su método y lo llamó Contrology:
“La ciencia y el arte del control consciente del cuerpo.”
Bailarines, actores, atletas, boxeadores y médicos comenzaron a acudir a su estudio atraídos por los resultados.
El método combinaba fuerza, flexibilidad y precisión, pero también un enfoque mental y emocional pionero para su época.
El legado del método Pilates clásico en Discla Pilates®
Más de un siglo después, los principios originales del método siguen intactos:
- Concentración
- Control
- Centro (Powerhouse)
- Precisión
- Fluidez
- Respiración
En Discla Pilates®, esos principios no son una referencia teórica, sino la la base de nuestra enseñanza diaria.
Cada clase, cada movimiento y cada corrección se hacen desde el mismo propósito con el que Joseph empezó en aquella cama: sanar a través del movimiento.



