La historia de la franquicia: cómo empezó todo
Cuando pensamos en abrir una franquicia de Pilates (o del sector que sea), lo primero que se nos viene a la mente son marcas sólidas, manuales operativos detallados y estudios que se replican en diferentes ciudades. Sin embargo, pocos saben que el modelo de franquicia tiene orígenes mucho más antiguos de lo que imaginamos.
La historia de la franquicia como modelo de negocio tiene raíces mucho más antiguas de lo que podría parecer. En la Edad Media, los reyes y señores feudales otorgaban a determinados vasallos derechos exclusivos para explotar tierras, recaudar impuestos o gestionar rutas comerciales. Aunque el contexto era radicalmente distinto al actual, aquellos acuerdos ya contenían la esencia del sistema que hoy conocemos: concesiones delimitadas, control de territorio y una relación de beneficio mutuo entre ambas partes.
Con el tiempo, estas autorizaciones se formalizaron mediante las llamadas “cartas francas” —documentos que concedían libertad (franchise, en francés antiguo) a personas o comunidades para ejercer determinadas actividades económicas bajo ciertas normas, generalmente a cambio de tributos o fidelidad al monarca. De ese concepto de libertad otorgada nace precisamente el término “franquicia”: una cesión controlada de derechos que permite operar con independencia dentro de un marco común.
Esa misma idea —un equilibrio entre libertad, método y pertenencia— es la que sustenta hoy el modelo de franquicia moderno. Cada franquiciado recibe la posibilidad de desarrollar un negocio propio, pero bajo un sistema probado, con soporte, estándares y valores compartidos. En el fondo, el principio sigue siendo el mismo que en aquellas cartas medievales: una alianza basada en la confianza, la coherencia y el beneficio mutuo.

Los primeros pasos hacia el modelo comercial
La evolución más cercana a lo que hoy conocemos como franquicia ocurrió en el siglo XIX. Una de las marcas pioneras fue Singer, la famosa empresa de máquinas de coser, que desarrolló un modelo de distribución basado en agentes locales con exclusividad territorial. Estos comerciantes independientes operaban bajo reglas claras de marca, lo que permitía mantener la calidad y expandir el negocio rápidamente.
Este sistema sentó las bases de lo que más adelante sería una revolución en el comercio minorista. De hecho, fue en el siglo XX cuando las franquicias modernas se consolidaron en mercados como el estadounidense.

El auge del modelo: Estados Unidos y la expansión masiva
A partir de la década de 1950, el crecimiento económico y la necesidad de estandarización dieron lugar al auge del modelo de franquicia. Marcas como McDonald’s, Holiday Inn o KFC transformaron por completo la manera de hacer negocios. Ya no se trataba solo de vender un producto, sino de replicar una experiencia completa, controlada, medible y altamente rentable.
El secreto de estas empresas fue entender que la escalabilidad no depende solo del producto, sino de los procesos. Manuales de operaciones, formación estandarizada, diseño uniforme y sistemas de supervisión permitieron que cualquier persona, con o sin experiencia previa, pudiera operar un negocio exitoso bajo una marca reconocida.

¿Y en España?
En el caso español, la franquicia como modelo de expansión empresarial empezó a consolidarse a finales del siglo XX. Aunque inicialmente se asoció sobre todo a cadenas de restauración, en las últimas dos décadas ha tenido una evolución impresionante en sectores como el fitness, el bienestar, la estética y, por supuesto, el Pilates.
En este contexto, Discla Pilates® representa una nueva generación de franquicias en España: modelos con legado, método con resultados comprobados por más de 100 años, visión, rigor técnico y una propuesta de valor diferencial. No se trata solo de abrir estudios, sino de crear espacios con propósito, basados en la metodología original de Joseph Pilates, con una imagen sensorial poderosa y procesos más que listos para escalar.

Por qué entender los orígenes de la franquicia te da ventaja como inversor
Comprender el origen de este modelo de negocio no es un dato anecdótico. Es clave para cualquier persona interesada en invertir en un concepto probado y escalable. Saber de dónde viene la franquicia te permite valorar qué marcas realmente entienden el sistema y cuáles simplemente lo utilizan como una forma de expansión sin estructura y/o visión.
En Discla Pilates®, cada decisión de marca, proceso operativo y diseño de experiencia está inspirado en esa visión histórica de calidad, replicabilidad y pertenencia. Apostamos por un modelo profesionalizado, estandarizado y emocionalmente potente, donde cada franquiciado se convierte en embajador de una filosofía que une cuerpo, mente y rentabilidad.


